¡VOLVIÓ EL TRIUNFO!

Se acabó la mala racha. Mannucci volvió a sonreír al superar por 1-0 al Walter Ormeño de Cañete y lograr así su primer triunfo en la Segunda Profesional 2014. El gol lo anotó César Moreyra con golpe de cabeza.

Sobró actitud y entrega en los 90 y hubo buen fútbol sobre todo en la primera mitad. A pesar de que José Soto tuvo que experimentar con Tenchy Ugaz como único atacante dada la suspensión de sus tres delanteros, el equipo tricolor salió desde el primer minuto con mentalidad 100% ofensiva y tocó una y otra vez el arcó del buen golero Josué Castells.

Primero con un cabezaso de Moreyra al palo daba el aviso de lo que se vendría después. Luego un tiro libre jugado en corto y Guevara que dispara rasante pero ligeramente desviado. Seguidamente, una buena jugada colectiva llega a los pies de Cordero quien tiene espacio para disparar, pero prefiere enviar un centro corto para Tenchy Ugaz y la defensa logró desviar el balón. Cumplidos los primeros 30, el ataque de Mannucci había sido constante pero el gol se hacía esperar, pero llegó. Sobre el minuto 39, Luis Cordero cobra un tiro libre que recibe Moreyra y con el muslo envía el balón al primer palo de Castells y logra vencerlo. Alegría tricolor, alegría en todos los fieles hinchas que se dieron cita en el Mansiche y celebraban el gol de la victoria.

Tras el gol Mannucci debió liquidar y no lo logró. En el segundo tiempo, Mannucci cedió la iniciativa a Ormeño y buscó aprovechar los espacios que estos generaban al irse al ataque, pero la sacrificada labor de Tenchy Ugaz en la delantera no pudo tener su mayor recompensa y lograr anotar. La visita por su parte ganó protagonismo y cuando empezaba a llegar con mayor peligrosidad y Harold Quiroz ya había salvado un cabezaso de la línea, Soto movió bien sus piezas y pese a intentar primero fortalecer la ofensiva con el ingreso del “jarra” Ramírez, luego puso el candado con el ingreso de Diego Otoya y luego de Luis Mayme, este último de labor muy destacada en los últimos 10 minutos en los que se desplegó con intensidad para recuperar balones en el medio campo y acabar con los ataques de los “leones blancos” de Cañete.

Tras el pitazo final, los abrazos de alegría y desahogo se vieron tanto en  el campo como en la tribuna tras lograr una merecida victoria que se había demorado mucho en llegar.