Siete de agosto del 2021. Toda una ciudad se arrulla en un solo aliento, desde el palpitar del hincha trujillano, quien no ve la hora de gritar cada gol en casa, el Mansiche.
Para muchos, clásico; para otros, recién derbi. Sin embargo, la expectativa es grande cuando se enfrentan. Mucha rivalidad deportiva que se trasladó por segundo año consecutivo a Lima.
Y así empezaba la adrenalina de un festival de emociones en el Monumental. Frente a frente, Mannucci vs. César Vallejo.
El árbitro anunciaba lo que sería un encuentro friccionado, duro en la mitad del campo, sin muchas opciones de ataque. Se imponía el juego posesivo del balón sin un claro horizonte en el área rival.
En el alba del primer tiempo, una expulsión para el cuadro ‘poeta’, permitía que el equipo del pueblo trujillano tenga una ventaja numérica en el campo. A pesar de ello, no se logró romper la pariedad en Ate.
Para el segundo tiempo, la historia nos daba vuelta. Eduardo Rabanal, por doble amarilla, fue expulsado y ambos equipos quedaron con 10 hombres.
Parecía que nos congelábamos en el empate, pero el empuje de todas las familias trujillanas, hicieron fuerza para conseguir una falta en el área rival, manifestada por Osnar Noronha. Falta que significaba un penal a favor nuestro.
Desde los doce pasos, a poco del final, la hinchada estaba detrás de Felipe Rodríguez, acompañando su disparo potente y batiendo así, las redes de Carlos Grados.
Gol, gool, goool para todo Trujillo. Gol para celebrarlo desde casa, con la pronta ilusión de vernos pronto en en el Mansiche.
Un grito de alma que solo me demuestra que Mannucci es Trujillo y Trujillo es Mannucci.
E.Z.