Transcurría el mes de noviembre de 1994, en esos días en el ámbito futbolístico regional solamente se comentaba del partido que jugaría Carlos A. Mannucci, en el que definiría su permanencia en el Fútbol Profesional.
En las calles la gente caminaba en una sola dirección, al estadio Mansiche; había llegado tanta gente que daba la impresión de que toda la ciudad se había volcado a este recinto, se sentía la inquietud de la gente como que quería jugar para defender los colores del equipo mas querido y tradicional de Trujillo, los asistentes no querían permitir que su equipo perdiera la categoría porque con los tricolores en profesional nuestra ciudad había disfrutado de memorables jornadas épicas que alegraban las tardes domingueras de un pueblo que con goles dibujaba sonrisas y borraba las tristezas de un periodo económico para el olvido en nuestro país.
Transcurría el tiempo muy rápido y la desesperación se había apoderado del hincha, hasta que se escuchó una ovación tan grande como si fuera todo Trujillo el que aclamaba la salida al campo de juego de su querido Mannucci; qué emoción y que alegría de la gente, que gritaban a todo pulmón ¡Mannucci! ¡Mannucci! ¡Mannucci!Era tanta la algarabía que apenas se pudo escuchar el silbato del réferi, dando el pitazo inicial.
Imagínense la emoción de los asistentes, cuando sólo a los 45 segundos de iniciado el compromiso un cañonazo del argentino Fabián Arias batía el arco del Melgar de Arequipa y convertía el primer gol para la tricolor. Poco antes de finalizar el primer tiempo, un tiro libre perfectamente ejecutado nuevamente por el goleador Fabián Arias se transformaría en el segundo gol trujillano, un equipo que dirigido en las últimas tres fechas por el querido Sergio “Che” Pereyra conseguía su tercer triunfo y se aferraba a la categoría.
Con dos goles de ventaja la angustia se acrecentaba, porque la permanencia de Mannucci, también estaba supeditado al resultado del partido que se jugaba en simultáneo entre Cienciano y Unión Minas, en el cual los cusqueños no podían sumar.
Conforme se acercaba el final del encuentro la gente se juntaba a alguien con un radio a pilas, para preguntar como iba Cienciano; los hinchas estaban de pie aclamando a su querido Mannucci; hasta que llegó la noticia, Cienciano se ha salvado.
Ya en la postrimería del encuentro, los jugadores trujillanos sabían que habían perdido la categoría, todos hasta el pitazo final dieron todo por el equipo, al mismo tiempo que la barra, su fiel hinchada entonaba un cántico del cual hasta el día de hoy se escucha el eco ¡Oh; Mannucci volverá, volverá, volverá; Mannucci volverá!
Han pasado casi 18 años y en este 2012 tenemos una nueva oportunidad de recuperar el sitial perdido, contando el compromiso total de la directiva encabezada por el presidente Daniel Salaverry para luchar por el retorno de Mannucci al Fútbol Profesional, con la dirección técnica del profesor Ramón Mifflin y sus guerreros, quienes con esfuerzo y empeño tendrán en sus pies la difícil tarea de devolver la alegría a miles de trujillanos al levantar la ansiada Copa Perú.
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